miércoles, 26 de septiembre de 2012

25S

Ayer no realizamos finalmente la asamblea (aunque si nos reunimos) porque en esos momentos se estaba realizando otra asamblea del grupo convocante del acto al que nos unimos, por respeto y solidaridad.

Apoyamos y estuvimos durante varias horas. Y aunque la asamblea no ha podido decidir qué hacer en estos días, y aunque la urgencia imposibilita la adopción de medidas, algunos compañeros de la asamblea nos tomamos la libertad de invitaros a unirnos a los actos de protesta por la brutal y desmedida actuación policial en Madrid.



Un país en el que los insultos y amenazas sean constitutivos de delito en función de si uno lleva o no uniforme, no es un Estado de Derecho, por más que en su Constitución se defina así.

Ayer, los que violaron la Constitución Española, los fundamentos del Estado de Derecho y la legalidad internacional (empezando por la Declaración Universal de los Derechos Humanos) fueron:

1) Los policías que cometieron delitos varios contra diversos ciudadanos sin justificación alguna. Muchos de estos delitos han sido grabados y los hemos podido ver en las redes (alguno incluso en televisión!).

Yo personalmente he visto:

- Agresiones (a manifestantes pacíficos y a ciudadanos que simplemente estaban en el metro volviendo del trabajo a casa).
- Cacería humana, persiguiendo a manifestantes que se supone que pretendían dispersar dentro del metro y atacando a todo lo que se moviera (si el objetivo es dispersar o impedir alguna acción violenta, una vez se han ido y todo lo que hacen es correr para que no violen sus derechos agrediéndoles y tomándose la justicia por su mano, para qué seguirles persiguiendo?). La policía no es quien imparte castigos, no son jueces, eso es extralimitarse y mucho.
- Empujones (mucho mas graves, con más saña y con peores consecuencias que el leve empujón a cierta cajera que tantas airadas protestas suscitó entre determinados personajes que se autocalifican como periodistas).
- Insultos y amenazas (por ejercer un derecho como es el de pedir al policía que te pide que te identifiques, que después de hacerlo, que se identifique él también con su número de placa, como es su obligación LEGAL).
- Agresiones injustificadas y contra quienes no hacían nada o incluso contra quienes se dirigían hacia donde les indicaban, por el mero placer de pegar.
- Pantomimas de pésimos aficionados al arte dramático actuando como infiltrados fácilmente identificables.
- Rotura de objetos personales ajenos (como una cámara a un periodista).
- Intentos de impedimentos de que los periodistas ejerzan su libertad de prensa.
- Y un largo etcétera que todos conocemos sobradamente.

2) Los policías que sin realizar estos actos, son testigos mudos de los actos violentos y delictivos de sus compañeros y les ayudan, intentan ocultarlo a la prensa tapando con sus cuerpos para que no se grabe o simplemente mirando a otro lado como si eso de defender la ley no fuera con ellos, no son una policía que tampoco pueda ser considerada como una policía de un régimen democrático y ni mucho menos de un Estado de Derecho.

Cuando un cura es pederasta y abusa de un menor, el culpable es ese cura. Cuando la jerarquía eclesiástica y los compañeros de este cura lejos de denunciarlo y condenarlo públicamente, ocultan el delito, lo encubre, lo tapan, los culpables son también ellos.

Cuando un político es corrupto, roba, abusa de su poder, enchufa a media familia (o entera que hay para todo) el culpable es él. Cuando el partido al que pertenece, lejos de denunciarlo y condenarlo públicamente, ocultan el delito, lo encubre, lo tapan, el partido se convierte en culpable también.

Del mismo modo, cuando la policía en casi la totalidad de las veces anteponen el corporativismo a la legalidad e incluso a la legitimidad, y reniegan de su función de defender la ley y sobretodo al ciudadano, para permitir que personajes con personalidades psicopáticas disfruten golpeando con saña y sin necesidad a ciudadanos por ejercer el democrático derecho a manifestar su opinión públicamente pierden toda legitimidad y pasan a convertirse en simples corsarios de los gobiernos, con licencia para apalear, que se consideran por encima de las leyes y que son claramente indignos de ocupar un puesto de tal responsabilidad.

Quiero dejar claro que no hablamos del conjunto de la policía sino de los actúan de la manera aquí descrita (y cada uno sabrá si se da por aludido o no) y que en especial se trata de un amplio porcentaje de miembros de las UIP, pues entendemos que el resto de la policía y los miembros honrados que se puedan encontrar dentro de ese cuerpo deben de sentir un rechazo similar al que a nosotros nos revuelve en estos momentos.

Invitamos muy especialmente a esos miembros de fuerzas de cuerpos y seguridad del estado que consideren que un uso proporcionado de la fuerza no es entre 10 y 15 policías para retener a un jovencito ni pisotear a un ciudadano hasta mandarlo al hospital con problemas graves medulares, que vengan y se unan y demuestren que hay policías por los que sí debemos sentirnos orgullosos y que no todos justifican el todo vale por ganarse el sueldo (pues a esos lo único que les diferencia de cualquier otro delincuente es el uniforme).






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